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De princesa Disney a chica TMZ

 

Salen las primeras imágenes de la nueva película del muy rarito Harmony Korine, 'Spring Breakers', protagonizada por James Franco con dentadura de oro y un cardumen de adolescentes en bikini. Una de ellas es Vanessa Hudgens, la protagonista de la saga 'High School Musical' y penúltima musa Disney, porque la última es Selena Gomez, que también sale en la peli y es la novia oficial del talentoso ruiseñor adolescente americano Justin Bieber. ¿Qué hay de extraño en ver a las dulces y cándidas hermanitas de Mickey Mouse ponerse tupis? Nada: están siguiendo el mismo camino que sus antecesoras, con mayor o menor daño cerebral, han recorrido.


La última que se escapó del abrazo protector de Pluto fue la dulce Miley Cyrus. Queriendo dejar atrás ese personajazo que era Hanna Montana (que mola tanto que hasta rima) y explotar su novedosas formas de mujer, nos intentó convencer de que "no podía ser domada". Lo hizo con el (poco) convencimiento de una postadolescente cuya carita adorable deja de ser graciosa de repente y pasa a deber toda su fama a la teleprogramada carrera proyectada por su padre. Un rollo. Eso sí, nos dio un clásico de todas estas muchachas Disney, el que marca el momento exacto en que las niñas se convierten en... bueno, en mujeres descuidadas.

Si queremos diversión debemos remontarnos a la primera de esta saga de muñecas rotas de la era YouTube, la simpar Britney Spears. Ahora, con sus temazos apocalípticos, nos parece totalmente recuperada, pero no ha llovido tanto desde que perseguía a fotógrafos con la cabeza rapada. Aún así Britney ha vuelto, y se nos desborda el corazón de agradecimiento hacia el terapeuta que le ha metido más litio en el cerebro que un iPad. Por eso y por el culazo que ha vuelto a gastar.


Pero si hay una ex Disney que nos motiva y nos toca lo más hondito no es ni la Hudgens (a pesar de sus fotos "perdidas") ni Cristina Dirrrty Aguilera (dirty de oler a freiduría, no de lo otro), ni ninguna de estas novatillas recientes que tienen mucho todavía que demostrar. La reina de las no future women de Disney es sin duda LiLo, nuestra Lindsay Lohan, por las películas que hizo, por las expectativas que levantaba mientras iba creciendo y que luego confirmó, por sus novias y por sus amigos. Ah, y por supuesto por su personalidad (reeditó la mítica portada de Marilyn en Playboy).

En fin, un camino el de todas ellas igualito que el de Justin Timberlake, que saliendo de la misma casa y una vez alejado de la ponzoña de Nsync se independizó y acabó regalando al mundo titanadas como el baile de los pasitos colgantes. Ah, los hombres: lo mismo, pero en mejor.

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